El Body Art o
arte del cuerpo es una tendencia artística que surgió de forma casi simultánea
en Estados Unidos y Europa durante los años sesenta. Derivada del arte
conceptual y precursora del performance, esta tendencia considera el cuerpo
como un lugar y un medio de expresión artística, un nuevo material y soporte
con el que exteriorizar y representar experiencias, sentimientos,
preocupaciones y reivindicaciones. Aunque apenas hubo diferencias notables en
las producciones realizadas por artistas europeos y estadounidenses, los
primeros se decantaron por usar el cuerpo objetualmente y plasmar sus obras en
documentos estáticos como fotografías y dibujos, mientras que los segundos
otorgaron mayor relevancia a la acción o el performance, la temporalidad de la
obra y la reacción de los espectadores, recogiendo sus creaciones con filmes y
videos. Este movimiento se enmarcó en el proceso de desmaterialización de la
obra de arte, que surgió como una violenta reacción a lo establecido, la
estética formalista que imperaba en Nueva York.
Durante los
inicios de la década de los noventa la denuncia social y política de las obras
producidas se hizo más patente y aguda, dejando un poco atrás la idea de cuerpo
como soporte y adentrándose en el cuerpo como imagen para abordar una
pluralidad de experiencias de temáticas muy diversas como la manipulación
genética, la sexualidad, la enfermedad, el placer, la muerte, lo artificial, lo
poshumano...
A finales del
siglo XX el concepto que unifica al arte de cuerpo adquiere una dimensión
abstracta, lo importante ya no es la realidad del cuerpo sino sus apariencias,
lo externo, y su capacidad de ser objeto real al tiempo que simbólico. El
cuerpo deja de identificarse con la autenticidad propia de los inicios del
movimiento, para resguardar lo falso, lo artificial, lo simulado... siendo un
fiel reflejo de los aspectos dominantes en la sociedad del momento, que se
encuentra presa de la industria de las imágenes, de la informática y de la
genética.
Una gran
cantidad de artistas encontraron en el cuerpo infinitas posibilidades de
expresión, utilizándolo para fines diversos y temáticas variadas. Adentrándonos
en el mundo del Body Art y el performance vemos cómo, sin duda, el cuerpo y su
movimiento son sinónimos de expresión, es el medio de comunicación primitivo y
universal por excelencia.